Inteligencia emocional, el camino hacia el bienestar
La inteligencia emocional, como decía Goleman, es la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones. En estos tiempos que corren, esta presente allá donde vamos, ya que esta “capacidad” de la que hablamos es beneficiosa tanto para el individuo que la practica como para todo aquel que le rodea.
¿Podemos todos alcanzar un cierto nivel de inteligencia emocional? Es cierto que hay personas más provistas de los aspectos que rodean a este tipo de inteligencia, ya que los diferentes grados de sensibilidad y empatía del individuo no son rasgos adquiridos. Aún así, si las cosas se hacen de buena fe y con una intencionalidad al cambio positivo, ¡todo es posible!
Podemos tomar como punto de partida aquellos rasgos que diferencian a personas con alta inteligencia emocional de las que no la tienen o la ignoran, para ello nos centraremos en la constancia de sus hábitos:
• POSITIVISMO
La vitalidad es el lema a seguir, centrándose así en el lado positivo y provechoso de las cosas, alejándose de presentes o futuras fuentes de negatividad. No por ello son personas evitativas, ya que se rodean de gente que les haga sentirse realizados y no invierten el tiempo en aquellos que tengan deseos o intereses que hieran su energía, su bienestar. Promueven la alegría, ya que para ellos no hay nada mejor que disfrutar con aquellos que les rodean de los placeres que ofrece la vida.
•ADMINISTRACIÓN SELECTIVA DE LA ENERGIA
Aplican límites, son afables y considerados pero ello no indica que sean manipulables, ya que son firmes y asertivos en cuanto a la toma de decisiones se refiere. Son personas que miran las dificultades de frente, que buscan soluciones a las necesidades que se le plantean. Dedican su energía a ámbitos que se encuentran bajo su control, de manera que puedan aplicar los conocimientos de aquello que saben.
• MANEJO DE LAS EMOCIONES
Ejercen la capacidad de tomar conciencia sobre aquello que se esta experimentando, ya que las emociones nos pertenecen y somos responsables de lo que hagamos con ellas.
• EMPATIA
De esta manera sintonizan con las experiencias y estados emocionales de las demás personas, ayudándolas a restablecer su equilibrio emocional.
• MENTE ABIERTA
La visión de futuro y la apertura al cambio hace que aprendan de errores presentes o pasados, llevando a la práctica aquello de lo que se han enriquecido emocionalmente. Son por ello fieles practicantes de lo que se denomina “el aprendizaje de la vida”, abriéndose así a nuevas experiencias sin estancarse en antiguas creencias.
• CONFIANZA EN UNO MISMO
Es la base para que todo lo anteriormente mencionado fluya. Constan de ricos valores morales, y se preocupan por cumplirlos, tomándolos siempre en cuenta para toda iniciativa que se propongan. Marcan un rumbo dirigido por una meta, que van actualizando a partir de aquello que aprenden. Todo ello esta en nuestras manos, ya que nosotros somos dueños de nuestro destino y de la dirección que queremos tomar en nuestras vidas. ¿No sería esta una buena oportunidad para hacerlo?
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