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TIBET- PAZ Y LIBERTAD

A continuación os ofrezco un resumen del texto  TIBET- PAZ Y LIBERTAD del DALAI LAMA. El resumen se basa en frases textuales de dicho documento.

 

“Yo creo que el propósito de la vida es ser feliz. Desde lo más profundo de nuestro ser, simplemente deseamos ser felices. Desde mi propia y limitada experiencia, he descubierto que el mayor grado de tranquilidad interna viene del desarrollo del amor y la compasión.

Cuanto más nos preocupamos de la felicidad de los demás, mayor es nuestro sentimiento de bienestar, y nuestra mente está más calmada. Esto nos ayuda a remover los miedos o inseguridades que podamos tener y nos da la  fuerza para enfrentarnos a cualquier obstáculo que surja. Cultivar este sentimiento cálido es la fuente última de éxito en la vida.

 

 

Todo el mundo experimenta sufrimientos y nos encontramos problemas. Esta perspectiva realista de la situación aumentará nuestra determinación y capacidad para superar los problemas. Con esta actitud, mantendremos la esperanza y cada nuevo obstáculo puede ser visto como otra oportunidad para mejorar nuestra mente. Así, podemos convertirnos en seres más comprensivos, conjuntamente con el deseo de ayudarles a remover su dolor. Como resultado aumentará nuestra propia serenidad y fuerza interna.

 

Finalmente, la razón por la que el amor y la compasión traen la mayor felicidad, es simplemente porque nuestra naturaleza los aprecia por encima de cualquier cosa. La necesidad de amar es la base de la existencia humana.

La expresión de amor es también algo muy importante en el momento del nacimiento. Hay un periodo crítico del desarrollo del cerebro desde el momento del nacimiento hasta al menos la edad de 3 o 4 años, durante el cual el contacto físico y el cariño es el factor más importante para un normal crecimiento del niño. Si el niño no se siente acariciado, abrazado, mimado y querido, su desarrollo se verá perturbado y su cerebro no madurará apropiadamente.

Ya que un niño no puede sobrevivir sin el cuidado de los demás, el amor es el alimento más importante. La felicidad en la infancia, el apaciguamiento de los muchos miedos, el saludable desarrollo de la confianza en sí mismo, todo depende directamente del amor.

Actualmente, muchos niños crecen en familias infelices. Si ellos no reciben el cariño adecuado, más tarde en la vida difícilmente amarán a sus padres, y, con frecuencia, les será difícil amar a los demás. Esto es muy triste.

Cuando el niño crezca y vaya a la escuela, su necesidad de ayuda debe encontrar respuesta en sus profesores, si el maestro, además de impartir la educación académica, asume también la responsabilidad de preparar a sus alumnos para la vida, sus alumnos sentirán confianza y respeto y aquello que se enseñe dejará una huella indeleble en sus mentes.

 

Por otro lado, las enseñanzas recibidas por un maestro que no muestra una auténtica preocupación por el bienestar de sus alumnos serán recibidas como temporales y olvidadas muy pronto.

Si alguien nos habla con sentimiento humano, disfrutamos escuchándole y respondemos de la misma manera. La causa principal de la depresión radica en la falta de afecto de los demás. Nadie nace libre de la necesidad de amar.

El auténtico amor y la compasión, no es sólo una respuesta emocional, sino un compromiso firme basado en la razón. Así pues, una actitud compasiva auténtica hacia los demás no cambiará incluso cuando ellos se comporten negativamente (y esto no es fácil). Quiero subrayar que está a nuestro alcance, con tiempo y paciencia, el desarrollar este tipo de compasión. Debemos empezar removiendo los mayores obstáculos de la compasión: el enfado y el odio.

El enfado, a veces parece útil, reporta energía y determinación; pero la naturaleza de esta energía es ciega, no podemos estar seguros del resultado. Eso es porque el enfado eclipsa la mejor parte de nuestro cerebro, su racionalidad.

Así la energía del enfado es casi siempre poco fiable. Puede causar una gran cantidad de conducta destructiva, desafortunada.

Es posible, sin embargo, desarrollar una energía igualmente poderosa pero mucho más controlada con la que manejar las vibraciones difíciles. Esta energía viene no sólo de una actitud compasiva, sino también de la razón y la paciencia; signos auténticos de fuerza interior. La compasión es por su naturaleza amable, pacífica y suave, pero también muy poderosa. Son aquellos quienes fácilmente pierden la paciencia, que son inseguros e inestables. Por todo ello para mí, el sentimiento del enfado es un signo de debilidad.

Así, cuando surja un problema, trata de parecer humilde y ten una actitud sincera preocupándote de que la situación sea justa. Otros pueden intentar aprovecharse de ti y si el hecho de que tu desapego sirva para provocar una agresión injusta, en ese caso adopta una postura firme. Esto último desde la compasión, y, si es necesario expresar tus puntos de vista y tomar medidas extremas, hazlo, pero sin enfado y malicia.

Así, debido a que han sido elegidas con calma y reflexión (en estado disociado), las medidas que empleemos serán más efectivas, más adecuadas, y más poderosas. La venganza basada en la ciega energía del enfado rara vez da en el blanco.

Para una persona que aprecia la compasión y el amor, la práctica de la tolerancia es esencial, y para ello, un enemigo es esencial. Debemos pues, sentirnos agradecidos hacia nuestros enemigos, ya que son ellos los que mejor nos ayudan a desarrollar una mente tranquila. También vemos que tanto en la vida pública como en la privada, debido a un cambio en las circunstancias los enemigos se convierten en amigos.

El enfado y el odio son siempre dañinos,  a no ser que entrenemos a nuestras mentes y trabajemos para reducir su fuerza negativa, continuarán perturbando y entorpeciendo nuestros intentos por desarrollar una mente en calma. El enfado y el odio son nuestros enemigos en calma. Ellos son las fuerzas contra las que debemos pelear y vencer, no los enemigos “temporales” que aparecen intermitentemente a lo largo de nuestra vida.

¿Se crea la amistad por medio de peleas y enfados, celos e  intensa competencia? Yo no lo creo así. Sólo el afecto nos proporciona auténticos amigos íntimos.

En la sociedad materialista de hoy en día, si tienes dinero y poder, pareces tener muchos amigos. Pero no son amigos tuyos, son amigos de tu dinero y poder. Cuando pierdes tu fortuna e influencia resulta muy difícil encontrar a esa gente.

Yo mismo siempre quiero más amigos. Amo las sonrisas. Una sonrisa auténtica realmente nos crea una sensación de frescor y es, creo, única de los seres humanos. Si esas son las sonrisas que deseamos, entonces debemos crear nosotros  mismos las causas para que surjan.

La felicidad individual puede contribuir de una forma profunda y efectiva al desarrollo de la totalidad de la comunidad humana.

 

Debido a que todos compartimos una idéntica necesidad de amor, es posible sentir que cualquier persona que encontremos, en cualquier circunstancia es un hermano o hermana. No importa lo nueva que sea la cara, o cuán diferente el vestido y la conducta, no hay división significativa entre nosotros y la otra gente. Es de locos aferrarnos a diferencias externas, ya que nuestra naturaleza básica es la misma. La humanidad es una, y este pequeño planeta es nuestro único hogar.

Si tienes un corazón sincero y abierto, te sentirás naturalmente valioso y lleno de confianza y no tendrás necesidad de temer a los demás.

Creo que en cualquier nivel de la sociedad, la llave para un mundo más feliz y más exitoso es el desarrollo de la compasión. No necesitamos convertirnos en personas religiosas, ni necesitamos creer en ninguna ideología. Lo único necesario es que cada uno de nosotros  desarrolle sus buenas cualidades humanas.

Intento tratar a quienquiera que encuentro como un viejo amigo. Esto me da un auténtico sentimiento de felicidad. Es la práctica de la compasión.

 

Reconozco que resumir estos textos y recordar la visita y las palabras del Dalai Lama me emocionan y me inspiran paz, compasión, valor y armonía…, para mí algo tan importante sobre todo cuando los tiempos son difíciles…

Espero que puedas compartir algo similar.

 

Salud y Libertad. Paz y amor.

  Con afecto, Txema Ibrain