¿QUÉ ES Y PARA QUÉ SIRVE LA PNL?

¿Qué es la PNL?

 

La programación neuro-lingüística, o PNL, es uno de los enfoques más exitosos y eficaces para lograr una buena COMUNICACIÓN, la consecución de OBJETIVOS Y CAMBIOS y el DESARROLLO  de la excelencia PERSONAL.

Con este entrenamiento podemos obtener las técnicas más precisas para la detección, modificación y utilización de patrones de comportamiento en las relaciones y experiencias humanas. Obtendremos así mismo, una mayor CREATIVIDAD y un profundo AUTOCONOCIMIENTO que nos serán de gran beneficio en cualquier contexto de interacción y comunicación.

 

“La PNL puede ayudar a cualquier persona a que sea más competente en lo que hace, controle más sus pensamientos, sentimientos y acciones, sea más positivo en la vida y capaz de alcanzar sus objetivos”.

Carol Harris

Otras definiciones:

– Bandler y Grinder señalan cómo la PNL es el estudio de la experiencia y estructura subjetiva de la mente humana. Cómo conocerla, operar sobre ella y efectuar cambios y mejoras es su objetivo.

-En PNL el lenguaje y el pensamiento están correlacionados. El lenguaje afecta a nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Utilizamos el lenguaje para comunicarnos, influir, motivar… Construimos nuestro propio e irrepetible mundo desde nuestra experiencia subjetiva. Cómo lo hacemos y cómo poder establecer cambios y mejoras es sobre lo que investiga y trabaja principalmente la PNL. Con PNL integrtiva ahondamos en la profundidad del Ser, integrando todas sus partes y dándole una dimensión transpersonal, y ahí reside la armonía y la auténtica libertad: PNL para nuestra libertad.

Txema Ibrain, del libro “PNL – Para Nuestra Libertad”

 

OBJETIVOS DE LA PNL

  • Mejorar la comunicación, actitudes y las relaciones interpersonales.
  • Detectar y transformar las creencias limitantes en potenciadoras.
  • Ayudar en la definición de metas y logro de objetivos.
  • Descubrir y potenciar nuevos recursos y habilidades.
  • Incorporar y manejar nuevas y valiosas técnicas para superar limitaciones, desarrollar el potencial humano y la excelencia personal, en uno mismo y/o en los demás.
  • Proponer el autoconocimiento y Desarrollo Personal.

Reflexión sobre la medicina por José Ángel Madinabeitia

De vez en cuando, en un viaje largo, necesitamos mirar hacia atrás para comprobar el camino recorrido, darnos cuenta de si es el correcto o si hemos tomado otro, alimentarnos, beber, mirar hacia delante de nuevo, ver lo que hay por recorrer, comprobar la ruta, decidir qué hacer, qué corregir, qué tomar del camino y qué dejar en él… aprovechar para descansar y tomar consciencia de dónde y cómo estamos, si continuamos queriendo ir al destino que nos marcamos o no…

Sólo hay una manera de hacerlo de una manera adecuada: parándonos.

Parar, dejar de hacer, dejar de conseguir….no sólo para lo comentado antes, sino para descansar,  respirar a pleno pulmón,  comprobar si estamos disfrutando del viaje -incluso de las dificultades que puedan aparecer- o esperar, quizá, a la gente que, en el viaje nos acompañaba,  para esperarnos a nosotr@s mism@s…

Un relato acerca de cómo tratan algunos chamanes a la gente que acude a su sabia experiencia cuando se sienten enfermos, comenta que les suele comentar, al entrar en su consulta:

-“Antes de contarme qué te pasa, siéntate y respira; sólo respira mientras esperas a que tu alma te alcance y te habite. Corres tanto, vas tan rápido por la vida, piensas tanto, llenas tanto tu cabeza de pensamientos, que tu alma va, jadeante, tras de ti y no te alcanza…y cuando te alcanza, no hay sitio para ella porque estás lleno de pensamientos inútiles…

Así que para, siéntate y espera…respira y espera… vacía tu cabeza y espera….hasta que percibas que tu alma, poco a poco te va alcanzando, te va habitando….y es entonces, cuando tengas la íntima sensación de que tu alma está contigo, de que has parado y dejado espacio para ella, cuando empezarás a sanar…”

El mundo, en general, necesita PARAR, pero el Sistema considera que hacerlo es ir contra el futuro, (el suyo) contra la economía, (la suya) contra el progreso (de nuevo, el suyo)…No le conviene que la velocidad de consumo, producción, vaya a un ritmo más humano y sostenible, no sea que nos dé por pensar, por darnos cuenta de que el camino que llevamos no sea ecológico ni correcto, que sea injusto, de que hay otros caminos más saludables, más justos y ecológicos, que su modelo de progreso veloz y voraz, nos mantiene desconectados de nosotr@s mism@s…

En el mundo de la salud, pasa tres cuartos de lo mismo. Se va a una velocidad endiablada siguiendo un modelo de salud que se va desconectando de la persona y pervirtiendo paulatinamente. Al modelo de la medicina oficial le conviene PARAR y respirar, reflexionar, ver el camino recorrido, felicitarse de los logros conseguidos, que los hay, felizmente para muchas personas, reconocer los errores cometidos, que también los hay y, muchos, trágicos, observar el paisaje y plantearse, quizá nuevos caminos, esperar a compañer@s de viaje a l@s que, injustamente ha dejado atrás, cuando no atacado para que no les molestara en el alocado viaje en el que está inmerso, en fin…

Hay aspectos de la medicina moderna que son un logro, y que hay que seguir evolucionando y mejorando. La tecnología, que permite, entre otras cosas, intervenir quirúrgicamente sin apenas invadir el cuerpo, incluso a distancia; ha salvado muchas vidas y seguirá haciéndolo. Existen fármacos que están salvando vidas; esto es indudable. Los trasplantes, en general, también están haciendo que haya personas que alcancen un bienestar y supervivencia mayor que antes. Hay cada vez más nivel de calidad en estos aspectos

Dedicarse a ayudar a sanar a las personas es algo maravilloso; tener vocación de ayuda y formarse en ello, ejercerlo, es una buena manera de ayudar a aliviar el sufrimiento de las personas, y mejorar el mundo. Es algo, que en mi caso, da sentido a mi vida.

Parto de la base de que todas las personas que nos dedicamos de alguna manera, y en algún nivel, a acompañar a las personas en sus proceso de sufrimiento, lo hacemos de vocación y de corazón, y que nuestra intención es aliviar, ayudar a sanar a las personas que acuden a nosotr@s.

EL asunto es que el rango en que hay que actuar es grande. En mi opinión, una persona cuando sufre lo hace en varios niveles: el corporal, el mental y el espiritual. Y en esos tres niveles, un sanador@ debería de actuar, en algún momento de su intervención, pues están íntimamente relacionados. En realidad, son todo uno, pero para entenderlo, la mente racional lo hace mejor en niveles.

Sé que, tal y cómo está conceptuada la Medicina, este modelo es muy difícil de llevar acabo. Recuerdo a mi médico de cabecera cuando yo era pequeño: era un señor muy amable, que me tocaba la zona dolorida, que me sonreía, que me dedicaba su tiempo, y, a pesar de que me recetaba inyecciones para las anginas, me miraba de una manera tranquilizadora, atendía a las preocupaciones de mi madre…me sentía en buenas manos. Era médico, psicólogo, “calmador “de almas…

Con los avances tecnológicos, se ha ganado en tecnología, y se ha perdido en humanidad. Y la culpa no es de los médic@s, que hacen lo que pueden en 10/15 minutos por paciente.

Es del modelo de Salud. Del modelo cada vez más especializado. Más tecnológico, más de análisis. Y no todo se ve en análisis, ni en radiografías. El dolor, la tristeza, las creencias limitantes que me impiden ser feliz, no aparecen en ningún aparato, ni se pueden medir, y es de lo que va, fundamentalmente, la buena Salud, de ser razonablemente feliz y de manejarse adecuadamente en el dolor.

Y del modelo farmacéutico. Más exactamente, del modelo que consiste en curar absolutamente todo con fármacos.

Es un grave error haber caído en este modelo. Es un modelo que además, ha invadido y se ha apoderado de todo el sistema sanitario, como una especie invasora, que impide crecer otros modelos útiles y los devora. ES un modelo que tiene el poder, el dinero, y lo que único que desea es seguir ganando más dinero y poder a costa incluso, del enfermo.

No voy a dar datos sobre los intereses económicos, ni sobre los escandalosos efectos iatrogénicos de muchos fármacos, ni sobre el veto a fármacos válidos y baratos que curan, ni de los precios abusivos y criminales en fármacos vitales para el ser humano, ni de los sobornos a personas influyentes de la política para la compra masivas de fármacos y vacunas inútiles en algunos casos, etc…

Es cierto que hay fármacos útiles y vacunas eficaces, y también es cierto que hay fármacos dañinos y vacunas con efectos secundarios peligrosos y letales.

Igual que hay abordajes “alternativos” o “complementarios” a los fármacos que son eficaces y otros que no lo son tanto. Pero éstos, aun siendo mucho más ecológicos, en general, y menos iatrogénicos, están denostados, cuando no prohibidos o, simplemente, ignorados por el mundo de la Salud “oficial”. Y es una pena, porque muchos de estos abordajes diferentes, sumarían en la tarea de mejorar la salud.

Simplemente reclamo la necesidad de cambiar de modelo, de revisarlo, de abrir las ventanas, de airear, de dar la voz y la palabra a otras maneras de entender la salud, de dejar de acusar, insultar, desde incluso el Gobierno, cual sicario de las multinacionales, a aquellas personas que investigan otras maneras, que llegan a otras conclusiones, que proponen otras alternativas.

Se trata de conseguir más salud y bienestar para las personas, y llegar al máximo de ellas y en ese empeño todas las manos son bienvenidas. No sólo las que manejan el poder.

Los gobiernos tienen una gran responsabilidad. Nosotras y nosotros, también.

La idea, el próximo paradigma de la Salud debería ir por ese camino. Que la gente que se dedique a cuidar personas, tengan conocimientos suficientes de cómo actuar en lo físico, en lo mental y espiritual suficientes, en primera instancia. Un profesional de la salud debería ser sensible a esos tres niveles, y saber que la sanación completa se produce cuando se actúa de una manera completa.

Volver al chamanismo bien entendido, apoyándonos en los conocimientos acumulados hasta hoy en lo técnico, y TAMBIËN en recuperar al ser humano como foco de atención en el cuidado, en todos sus aspectos: físico, mental y espiritual.

Si no, me temo que vamos a ser medicados (ya lo somos en gran parte) de por vida desde el mismo nacimiento; seremos la inversión de por vida de las farmacéuticas (ya lo somos en gran parte) y nos olvidaremos que no hace mucho tiempo, cuando nos caíamos y nos hacíamos una herida, nuestra madre o abuela nos limpiaban la herida con saliva y nos cantaban eso de “cura cura sana culito de rana….” y volvíamos a jugar, aliviados y confortados al juego en el que nos habíamos herido. Ahora, llevamos al niñ@ a urgencias y no le dejamos fortalecerse ni confiar en nada que no sea un médic@ o un producto farmacéutico (mercromina) para poder seguir jugando, viviendo.

Y termino recordando la definición de salud de la OMS (organismo oficial mundial de la salud):

«La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades».

Yo añadiría también espiritual, que es el campo del ser humano en el que encontramos el sentido de la vida.

Saludos:

José Ángel Madinabeitia

Sexualidad, Amor, Relaciones y Crecimiento Personal – 1ª entrega – por Txema Ibrain

Lo que presento a continuación es un primer texto para reflexionar sobre los temas que nos ocupan: sexualidad, amor, relaciones, pareja….y Crecimiento Personal. En esta ocasión el texto es una historia anónima que cita J.M. Doria y que recojo en mi Dossier sobre «Sexualidad, Amor y Relaciones», espero que resulte amena e interesante y sirva para una primera reflexión sobre estos puntos.


El amor y la pasión

En un lejano reino, en el principio de los tiempos, allí donde se cruzan los vientos del Este con los del Oeste, los del Norte con los del Sur, se encontraba una princesa que se sentía locamente enamorada de un apuesto capitán de su guardia y, aunque tan sólo contaba con 18 años de edad, no tenía ningún otro deseo que casarse con él, aún a costa de lo que perdiera.

Su padre que tenía fama de sabio no cesaba de decirle:

No estás preparada para recorrer el camino del matrimonio. El amor, a diferencia de la pasión, es también voluntad y renuncia y, así como se expande y se recrea en las alegrías, así también profundiza y se adentra a través de las penas. Todavía eres muy joven y a veces caprichosa. Si buscas en el amor del matrimonio tan sólo la paz y el placer no es este el momento de casarte.

«Pero padre», decía ella, «sería tan feliz junto a él, que no me separaría un sólo instante de su lado. Compartiríamos hasta el más oculto de nuestros deseos y de nuestros sueños.»

Entonces el rey, reflexionando se dijo:

«Las prohibiciones hacen crecer el deseo, y si le prohíbo que se encuentre con su amado, su deseo por el mismo crecerá desesperado. Pero, por otra parte, ella se asemeja a un tierno e inexperto capullo que desea abrir su fervor y fragancia…». Y así, en medio de sus cavilaciones, de pronto recordó las palabras pronunciadas por el anillo de los sabios, de los sabios de aquél reino eterno que se hallaba más allá de su reino visible, que en ese momento sonaron a sus oídos así:

“Cuando el amor llame a vuestro corazón seguidlo, aunque sus senderos sean arduos y penosos».

«Cuando sus alas os envuelvan, entregaos, aunque la espada entre ellas escondida os hiera».

«Y cuando os hable, creed en él, aunque a veces su voz rompa vuestros sueños, tal como el viento norte azota los jardines, porque así como el amor corona de jazmines y rosas, así también crucifica con espinas.»

«Pero si en vuestro miedo, buscareis solamente la paz y el placer del amor, entonces, es mejor que cubráis vuestra desnudez y os alejéis de sus umbrales hacia un mundo de primaveras donde reiréis pero no con toda vuestra risa, y lloraréis, pero no con todas vuestras lágrimas.»

Tras el paso de esas resonancias, dijo el Rey al fin:

«Hija Mía, voy a someter a prueba tu amor por ese joven. Vas a ser encerrada con él durante 40 días y 40 noches en una lujosa cámara de la Torre de marfil del castillo de Primavera. Si al finalizar este período sigues queriéndote casar, significará que sabes de individualidad y resistencia, que ya eres madura de corazón y que estás preparada. Entonces te daré mi consentimiento.»

La princesa, presa de una gran alegría, dio un abrazo a su padre y aceptó encantada someterse a la prueba. Se diría que su mente estallaba plena de imágenes y expectativas en las que no había más que felicidad.

Y en efecto. Todo discurrió armoniosamente durante los primeros días, en los que los amantes no cesaban de saciar sus deseos anteriormente retenidos, y colmar sus íntimas carencias… pero tras la excitación y la euforia de las caricias, besos y susurros de las luces, no tardaron en presentarse las dudas y contradicciones de las sombras, que al no saber cómo entenderlas y vivirlas, se convirtieron en rutina y aburrimiento. Y lo que al principio sonaba a embelesadora música a oídos de la princesa, se fue tornando en ruido. Y así aquella hermosa joven de cabellos púrpura comenzó a vivir un extraño vaivén entre el dolor y el placer, entre la alegría y la tristeza, entre la admiración y el rechazo, por lo que antes de que transcurrieran dos semanas, la princesa ya estaba suspirando por otro hombre del pasado o del futuro, llegando a repudiar todo cuanto dijera o hiciera su amante.

A las tres semanas se encontraba tan harta de aquel hombre que, presa de una intensa rabieta, se puso a chillar y aporrear la puerta de la celda.

Cuando al fin consiguió salir, volvió a los brazos de su padre, agradecida de haber sido liberada de aquel ser, que aún no entendía cómo había llegado a amar y aborrecer.

Al tiempo, cuando la princesa recobró la serenidad perdida, y encontrándose junto a las azucenas del jardín real, le dijo a su padre:

«Háblame del matrimonio, Padre».

«Escucha lo que dicen los poetas de mi reino»:

Nacisteis juntos y juntos para siempre. Pero,

Dejad que en vuestra unión crezcan los espacios.

Amaos el uno al otro, más no hagáis del amor una prisión

Llenaos mutuamente las copas, pero no bebáis de la misma.

Compartid vuestro pan, más no comáis del mismo trozo.

Y permaneced juntos, más no demasiado juntos.

Porque ni el roble ni el ciprés crecen uno a la sombra del otro.


Espero que sirva para ver la diferencia entre amor y pasión, y me gustaría sugerir alguna pregunta para ahondar en la reflexión, por ejemplo:

¿Qué claves puedes transformar la pasión en amor?

¿Qué es importante para hacer duradera una relación e incluso manteniendo la propia atracción?

¿Cuál es la dimensión del AMOR con mayúsculas? ¿Es algo que está más allá de la pareja?

¿Puede ser un estado generoso y solidario de cierta independencia, desde cuya conciencia el corazón se expande hacia todo lo que vive?

Continuará….


El dia canta ‘Hola!’, y todo el jardin se abre con la risa.

¿Cómo puedo no alegrarme?

– Rumi –

Foto: Txema Ibrain

Traducción: Petru Dubei