Reflexión sobre la medicina por José Ángel Madinabeitia

De vez en cuando, en un viaje largo, necesitamos mirar hacia atrás para comprobar el camino recorrido, darnos cuenta de si es el correcto o si hemos tomado otro, alimentarnos, beber, mirar hacia delante de nuevo, ver lo que hay por recorrer, comprobar la ruta, decidir qué hacer, qué corregir, qué tomar del camino y qué dejar en él… aprovechar para descansar y tomar consciencia de dónde y cómo estamos, si continuamos queriendo ir al destino que nos marcamos o no…

Sólo hay una manera de hacerlo de una manera adecuada: parándonos.

Parar, dejar de hacer, dejar de conseguir….no sólo para lo comentado antes, sino para descansar,  respirar a pleno pulmón,  comprobar si estamos disfrutando del viaje -incluso de las dificultades que puedan aparecer- o esperar, quizá, a la gente que, en el viaje nos acompañaba,  para esperarnos a nosotr@s mism@s…

Un relato acerca de cómo tratan algunos chamanes a la gente que acude a su sabia experiencia cuando se sienten enfermos, comenta que les suele comentar, al entrar en su consulta:

-“Antes de contarme qué te pasa, siéntate y respira; sólo respira mientras esperas a que tu alma te alcance y te habite. Corres tanto, vas tan rápido por la vida, piensas tanto, llenas tanto tu cabeza de pensamientos, que tu alma va, jadeante, tras de ti y no te alcanza…y cuando te alcanza, no hay sitio para ella porque estás lleno de pensamientos inútiles…

Así que para, siéntate y espera…respira y espera… vacía tu cabeza y espera….hasta que percibas que tu alma, poco a poco te va alcanzando, te va habitando….y es entonces, cuando tengas la íntima sensación de que tu alma está contigo, de que has parado y dejado espacio para ella, cuando empezarás a sanar…”

El mundo, en general, necesita PARAR, pero el Sistema considera que hacerlo es ir contra el futuro, (el suyo) contra la economía, (la suya) contra el progreso (de nuevo, el suyo)…No le conviene que la velocidad de consumo, producción, vaya a un ritmo más humano y sostenible, no sea que nos dé por pensar, por darnos cuenta de que el camino que llevamos no sea ecológico ni correcto, que sea injusto, de que hay otros caminos más saludables, más justos y ecológicos, que su modelo de progreso veloz y voraz, nos mantiene desconectados de nosotr@s mism@s…

En el mundo de la salud, pasa tres cuartos de lo mismo. Se va a una velocidad endiablada siguiendo un modelo de salud que se va desconectando de la persona y pervirtiendo paulatinamente. Al modelo de la medicina oficial le conviene PARAR y respirar, reflexionar, ver el camino recorrido, felicitarse de los logros conseguidos, que los hay, felizmente para muchas personas, reconocer los errores cometidos, que también los hay y, muchos, trágicos, observar el paisaje y plantearse, quizá nuevos caminos, esperar a compañer@s de viaje a l@s que, injustamente ha dejado atrás, cuando no atacado para que no les molestara en el alocado viaje en el que está inmerso, en fin…

Hay aspectos de la medicina moderna que son un logro, y que hay que seguir evolucionando y mejorando. La tecnología, que permite, entre otras cosas, intervenir quirúrgicamente sin apenas invadir el cuerpo, incluso a distancia; ha salvado muchas vidas y seguirá haciéndolo. Existen fármacos que están salvando vidas; esto es indudable. Los trasplantes, en general, también están haciendo que haya personas que alcancen un bienestar y supervivencia mayor que antes. Hay cada vez más nivel de calidad en estos aspectos

Dedicarse a ayudar a sanar a las personas es algo maravilloso; tener vocación de ayuda y formarse en ello, ejercerlo, es una buena manera de ayudar a aliviar el sufrimiento de las personas, y mejorar el mundo. Es algo, que en mi caso, da sentido a mi vida.

Parto de la base de que todas las personas que nos dedicamos de alguna manera, y en algún nivel, a acompañar a las personas en sus proceso de sufrimiento, lo hacemos de vocación y de corazón, y que nuestra intención es aliviar, ayudar a sanar a las personas que acuden a nosotr@s.

EL asunto es que el rango en que hay que actuar es grande. En mi opinión, una persona cuando sufre lo hace en varios niveles: el corporal, el mental y el espiritual. Y en esos tres niveles, un sanador@ debería de actuar, en algún momento de su intervención, pues están íntimamente relacionados. En realidad, son todo uno, pero para entenderlo, la mente racional lo hace mejor en niveles.

Sé que, tal y cómo está conceptuada la Medicina, este modelo es muy difícil de llevar acabo. Recuerdo a mi médico de cabecera cuando yo era pequeño: era un señor muy amable, que me tocaba la zona dolorida, que me sonreía, que me dedicaba su tiempo, y, a pesar de que me recetaba inyecciones para las anginas, me miraba de una manera tranquilizadora, atendía a las preocupaciones de mi madre…me sentía en buenas manos. Era médico, psicólogo, “calmador “de almas…

Con los avances tecnológicos, se ha ganado en tecnología, y se ha perdido en humanidad. Y la culpa no es de los médic@s, que hacen lo que pueden en 10/15 minutos por paciente.

Es del modelo de Salud. Del modelo cada vez más especializado. Más tecnológico, más de análisis. Y no todo se ve en análisis, ni en radiografías. El dolor, la tristeza, las creencias limitantes que me impiden ser feliz, no aparecen en ningún aparato, ni se pueden medir, y es de lo que va, fundamentalmente, la buena Salud, de ser razonablemente feliz y de manejarse adecuadamente en el dolor.

Y del modelo farmacéutico. Más exactamente, del modelo que consiste en curar absolutamente todo con fármacos.

Es un grave error haber caído en este modelo. Es un modelo que además, ha invadido y se ha apoderado de todo el sistema sanitario, como una especie invasora, que impide crecer otros modelos útiles y los devora. ES un modelo que tiene el poder, el dinero, y lo que único que desea es seguir ganando más dinero y poder a costa incluso, del enfermo.

No voy a dar datos sobre los intereses económicos, ni sobre los escandalosos efectos iatrogénicos de muchos fármacos, ni sobre el veto a fármacos válidos y baratos que curan, ni de los precios abusivos y criminales en fármacos vitales para el ser humano, ni de los sobornos a personas influyentes de la política para la compra masivas de fármacos y vacunas inútiles en algunos casos, etc…

Es cierto que hay fármacos útiles y vacunas eficaces, y también es cierto que hay fármacos dañinos y vacunas con efectos secundarios peligrosos y letales.

Igual que hay abordajes “alternativos” o “complementarios” a los fármacos que son eficaces y otros que no lo son tanto. Pero éstos, aun siendo mucho más ecológicos, en general, y menos iatrogénicos, están denostados, cuando no prohibidos o, simplemente, ignorados por el mundo de la Salud “oficial”. Y es una pena, porque muchos de estos abordajes diferentes, sumarían en la tarea de mejorar la salud.

Simplemente reclamo la necesidad de cambiar de modelo, de revisarlo, de abrir las ventanas, de airear, de dar la voz y la palabra a otras maneras de entender la salud, de dejar de acusar, insultar, desde incluso el Gobierno, cual sicario de las multinacionales, a aquellas personas que investigan otras maneras, que llegan a otras conclusiones, que proponen otras alternativas.

Se trata de conseguir más salud y bienestar para las personas, y llegar al máximo de ellas y en ese empeño todas las manos son bienvenidas. No sólo las que manejan el poder.

Los gobiernos tienen una gran responsabilidad. Nosotras y nosotros, también.

La idea, el próximo paradigma de la Salud debería ir por ese camino. Que la gente que se dedique a cuidar personas, tengan conocimientos suficientes de cómo actuar en lo físico, en lo mental y espiritual suficientes, en primera instancia. Un profesional de la salud debería ser sensible a esos tres niveles, y saber que la sanación completa se produce cuando se actúa de una manera completa.

Volver al chamanismo bien entendido, apoyándonos en los conocimientos acumulados hasta hoy en lo técnico, y TAMBIËN en recuperar al ser humano como foco de atención en el cuidado, en todos sus aspectos: físico, mental y espiritual.

Si no, me temo que vamos a ser medicados (ya lo somos en gran parte) de por vida desde el mismo nacimiento; seremos la inversión de por vida de las farmacéuticas (ya lo somos en gran parte) y nos olvidaremos que no hace mucho tiempo, cuando nos caíamos y nos hacíamos una herida, nuestra madre o abuela nos limpiaban la herida con saliva y nos cantaban eso de “cura cura sana culito de rana….” y volvíamos a jugar, aliviados y confortados al juego en el que nos habíamos herido. Ahora, llevamos al niñ@ a urgencias y no le dejamos fortalecerse ni confiar en nada que no sea un médic@ o un producto farmacéutico (mercromina) para poder seguir jugando, viviendo.

Y termino recordando la definición de salud de la OMS (organismo oficial mundial de la salud):

«La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades».

Yo añadiría también espiritual, que es el campo del ser humano en el que encontramos el sentido de la vida.

Saludos:

José Ángel Madinabeitia

Sexualidad, Amor, Relaciones y Crecimiento Personal – 2ª entrega – por Txema Ibrain

Como segunda entrega os presento una historia de Nasrudín sobre la pareja ideal, en este caso la mujer perfecta. Espero que os guste, y sobre todo que os sirva para la reflexión e introspección personal. Las historias de Nasrudín más alla del ingenio, bromas y sentido paradójico….tiene grandes sugerencais y son fuente de reflexión y aprendizaje.


La mujer perfecta

Nasrudín conversaba con un amigo.

– Entonces, ¿Nunca pensaste en casarte?

– Sí pensé -respondió Nasrudín. -En mi juventud, resolví buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a Damasco, y conocí una mujer muy espiritual y linda; pero ella no sabía nada de las cosas de este mundo.

Continué viajando, y fui a Isfahan; allí encontré una mujer que conocía el reino de la materia y el del espíritu, pero no era bonita.

Entonces resolví ir hasta El Cairo, donde cené en la casa de una moza bonita, religiosa, y conocedora de la realidad material.

– ¿Y por qué no te casaste con ella?

– ¡Ah, compañero mío! Lamentablemente ella también quería un hombre perfecto.


¿Existe la pareja ideal o perfecta? ¿Entonces…? ¿Cuál es tu reflexión al respecto?

Continuará…..